CIAR comienza una campaña para concienciar el daño que provoca arrojar las toallitas húmedas al inodoro
Las toallitas húmedas van camino de convertirse en uno de los problemas más graves con los que se enfrentan las redes de saneamiento de nuestros pueblos y ciudades. El desmesurado arrojo de este tipo de elementos a los retretes está provocando, de entrada, el atranque de las redes de saneamiento. Asimismo, cuando las toallitas llegan a las Estaciones de Depuración de Aguas Residuales (EDAR) atascan las bombas elevadoras. Para solucionar este problema se deben sacar estos pistones y limpiarlos.
Desde CIAR rogamos encarecidamente a los usuarios que no arrojen toallitas húmedas al váter, ya que no son biodegradables, ni siquiera las indicadas para WC, que señalan en sus envoltorios que sí se pueden desechar por el WC. Se necesitan semanas para que éstas últimas se deshagan en el agua. Las toallitas de bebé, directamente se solidifican y crean auténticas rocas que atrancan nuestros sistemas de saneamiento. No sólo es el coste económico que conlleva retirarlas de las tuberías o de las bombas de las EDAR, es que además, el coste medioambiental es también muy representativo, puesto que mientras se realizan estas limpiezas no se puede depurar ya que las bombas no realizan su trabajo y las aguas residuales se vierten durante ese tiempo a la Naturaleza sin purificar.